Capítulo 09.
Se quedaron abrazados otro momento después de dejar un último beso en sus labios, las luces del puente tenían una tonalidad bajita haciéndolo todo romántico, en algunas ocasiones los peces saltaban causándole gracia al omega.
Su padre en este momento debe estar muy enojado con el alfa, tanto así que casi puede escuchar sus gritos de reclamo, pero no le importaba, había tenido una noche perfecta con el bello omega entre sus brazos.
—Deberíamos irnos ya, está haciendo frío y no quiero que te enfermes —susurró cerca de su oído para que solo pudiera escucharlo.
—Si, alfa.
Se separó no queriendo dejar el calor que emanaba su cuerpo, se tomaron de la mano y caminaron pegados el uno al otro, balanceando sus manos juguetona mente. Jungkook había buscado a Taehyung en toda la noche, debería de estar por ahí desde que entraron bebiendo y coqueteando con los demás, pero no, no había recibido un mensaje desde en la mañana y eso le preocupaba.
El bullicio de las personas se escuchaba cada vez más cerca, fruncieron el ceño cuando los gruñidos se hicieron presentes, el omega tembló aferrándose al alfa.
—A-Alfa, ¿qué está pasando? —preguntó sosteniéndose de su pecho, sus piernas temblaban.
—No lo sé, vámonos por atrás, no dejaré que te hagan algo.
Rodearon el patio de nuevo, cuando llegaron al frente las camionetas iban saliendo rápidamente, Jongsuk estaba a un lado del árbol recargado fumando un cigarro, se acercó a él y con mala cara lo miró.
—¿Qué pasó?
—Mhm... —entrecerró los ojos—. Bueno, pueda que tal vez alguien se haya enojado tanto que descargó su furia en uno de los omegas —expulsó el humo de sus labios dejándolo caer en el rostro de Jungkook—. Lo que provocas hermanito.
—Yo no he provocado ni una mierda, mi padre es un estúpido loco —pasó una mano por su cabello jalándolo desesperado.
Jimin los miraba a ambos sin saber si hablar o no, ¿su padre había lastimado a alguien? Un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo de solo pensar, había pasado algo más como para que todos se volvieran locos y salieran de esa forma.
—Creo que yo me largo de aquí, siempre pasan estas cosas todo el tiempo, deberías de estar acostumbrado Jungkook —tiró el cigarro al suelo y lo apagó con la punta de sus zapatos—. Nos vemos, bonito.
Le habló a Jimin que tenía su mirada fija en él, Jongsuk era muy parecido a Jungkook, pero él era más grosero y antipático, el alfa le gruñó para que se alejara lo más rápido posible de ellos, riendo se fue por donde ellos habían pasado.
—Tu hermano es muy...
—Idiota, si lo sé, no le hagas caso, es igual que mi padre —miró su reloj viendo que ya eran las dos de la mañana—. Omega tenemos que irnos, es muy tarde, esto acabó hace mucho.
—Oh Dios es tardísimo, mañana tengo que trabajar —gimió cansado echando la cabeza para atrás.
—¿Quieres quedarte en mi casa esta noche? Queda más cerca de la tuya —propusó nervioso.
Con sus mejillas calentitas asintió dándole un beso en la mejilla con cariño.
En el auto Jimin colocó su cabeza en su hombro mientras Jungkook dejaba suaves caricias en su pierna por encima del molestoso pantalón de vestir, cerró los ojos por un instante cayendo completamente dormido, sus labios estaban entreabiertos y salían muy pequeños ronquiditos.
Jungkook sonrió enternecido, quitó un mechón de cabello rojo que cubría su rostro y lo dejó detrás de su oreja para verlo mejor, dejó un besito en la puntita de su nariz acunándolo en su pecho. Enfrente de ellos iba otra de sus camionetas de seguridad, al igual que atrás, aumentó el personal de seguridad apenas un mes después del pequeño accidente que pasó, al parecer tendría que reforzarla por si el omega decidía quedarse con él.
✧✦✧
Removió al omega con cuidado para despertarlo cuando vio que estaban a unas calles de su casa.
—Pequeño, ya estamos llegando, despierta —besó su mejilla.
Abrió los ojos tallándolos con su puñito para quitar el resto de sueño, miró por la ventana con la vista algo borrosa, las calles estaban oscuras y desiertas por las altas horas de la noche que eran. Se metieron por el estacionamiento privado que tenía debajo de su casa, las luces amarillas parpadeantes cegaban su vista, había una larga fila de autos de todo tipo ahí adentro.
Abrió la puerta dejando salir al omega, estiró su cuerpo que se había entumido por la rara posición haciendo tronar sus huesos, Jungkook rió y colocó una mano en su espalda abaja para hacerlo caminar hacia el elevador.
—¿Cuánta gente vive aquí? —preguntó cuando las puertas fueron cerradas escuchando el pitido de los números cuando subían un piso.
—Solo yo —contestó con la mirada enfrente aguantándose la risa por la cara del omega.
—¿Y por qué hay muchos coches allá fuera? Es un estacionamiento grande, debe de haber más gente —cruzó sus brazos con el ceño fruncido.
—Jimin, esto no es un departamento, es mi casa y los coches que están abajo, son míos —dijo a la ligera.
Abrió la boca dejando caer sus brazos a su costado. Que alfa más humilde se vino a encontrar.
—¿Estás bromando?
—No.
Las puertas se abrieron dejando ver el grande living, salió de aquel cubo de metal tímido sintiéndose chiquito, todo olía al alfa, solo a él. Bajó el pequeño escalón de mármol, tenía miedo de seguir caminado y ensuciar algo, todo era tan extravagante y nuevo para él, nunca pensó estar en un lugar así de lujoso.
La casa del padre del alfa donde fue la cena, no era nada a comparación de esa, la decoración era muy elegante, las paredes eran blancas, detrás de las repisas había otro de diferente color haciendo que combinaran a la perfección, si eso se veía así no quería imaginar cómo sería el resto del lugar.
—Esto es muy grande —miró todo rápido antes de ver a Jungkook recargado en el sillón de cuero negro.
—Mhm bueno... —mordió su labio—. Deberías ir a dormir ya, son las tres de la mañana, ¿seguro que trabajarás mañana?
—Tengo que ir.
Caminó nervioso al alfa, quería otro beso antes de dormir, tal vez ese beso dio paso a una obsesión por sus labios. Tomó las grandes manos de Jungkook para colocarlas en su cintura, enredó sus brazos en su cuello y cortó la poca distancia.
Sus labios recibían suaves mordidas juguetonas por parte del alfa, sus labios de movían en un ritmo lento disfrutando del sabor del otro, Jungkook delineó los labios con la punta de su lengua para tener mejor acceso chocando sus lenguas en el proceso.
Jimin tenía que aferrarse al cuello del alfa cada vez más porque sentía sus piernas flaquear, nunca lo había besado tan bien y con tanto cariño. Se separaron con un chasquido, el omega tenía sus labios hinchados con marquitas rojizas, Jungkook estaba igual con las pupilas dilatadas.
—Hay que ir a dormir —acarició su mejilla dejando un último beso en sus labios.
Como ya una costumbre, entrelazó sus manos para subir las escaleras al piso de arriba, había un largo pasillo blanco con puertas negras, entraron a la tercera puerta.
—Aquí puedes quedarte, en la puerta de allá está el baño...
—¿No dormirás conmigo? —preguntó con un pucherito.
—¿Q-Quieres dormir conmigo en mi habitación? —su voz tembló, si con unos besos quería acorralar al omega en la pared y hacerlo suyo, no sabía que pasaría si se acuestan en la misma cama.
—Por favor —hizo ojitos pestañeando y el alfa era tan débil que aceptó gustoso.
De un brinco Jimin salió de la habitación para seguir a Jungkook a la última habitación, abrió la puerta y el olor tan notable del alfa chocó en su cara, el cuarto por obvias razones era muy grande, una cama cuatro veces más grande que la suya se encontraba en medio con unas sábanas negras con las almohadas del mismo color.
Se quitó los molestos zapatos y los dejó a un lado de la puerta, el alfa imitó su acción dejándolos a un lado del par, se veían tan chiquitos a comparación de los de él.
Se dejó caer en las cómodas sábanas pesadamente aún con el traje puesto.
—Omega, ¿quieres tomar un baño? —acarició su cabello.
Negó con los ojos cerrados enterrando la nariz en el colchón, estaba tan cansado que no alcanzó a decirle las buenas noches al alfa. Como quedó tendido en la orilla de la cama, Jungkook lo acomodó a un lado de su espacio, quitó su saco cuidadosamente para no despertarlo y arruinar el sueño del omega.
Decidió dejarlo así porque no quería desnudarlo, aún, quería tenerle todo el respeto posible para que esto funcionara. Él hizo lo mismo dejando su traje, abrió las sábanas y entró, tapó a Jimin atrayéndolo a su pecho, se acurrucó gustoso ronroneando suave, sonrió entre sueños, su oído quedó justo en el lado de su corazón donde podía escuchar los latidos de Jungkook.
Cerró los ojos no queriendo dejar de admirarlo, esa noche por fin dormiría bien, con su hermoso omega en su pecho.
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